por Margarita Aguinaga
Por qué para las mujeres, es tan difícil hablar de la erótica?. Hablar de lo erótico, en todos sus planos, es más difícil, aun más, si se es, mujer pobre, negra, indígena y mestiza. Será, por qué el confinamiento sexual, de las mujeres, es tan basta, como basta, es la capacidad adquirida de los hombres, en sus diversas, multiformes y extendidas prácticas sexuales?.
La condición estructural, muestra, una total desigualdad entre hombres y mujeres, no solo en el acceso, sino en la capacidad de experimentar, de conocer, de practicar, de crear el mundo de lo sexual. Decirlo así, me causa escollos desde el inicio, por ejemplificar: mientras el más común de los hombres, aprendía a masturbarse, se introducía al sexo, desde su adolescencia, a ocultas o no, desde una edad temprana, la mayoría de mujeres jóvenes y adultas, indistintamente, sea que esos espacios, fueren alternativos o mercantilizados, se quedaron fuera, o casi fuera de aquellos vínculos sexuales.
Es sumamente importante, partir de este criterio, para entender, el nivel de poder sexual, que los hombres, históricamente, han ido alcanzando, la capacidad que han adquirido, de generar una multiplicidad de formas sexuales, de generar, acceso, espacios de intercambios sexuales, sean, monogámicos o polígamos. El “mundo sexual masculino existe” y es in extenso desconocido, para miles de mujeres.
Lo dicho, en primera instancia, para evidenciar, la profunda desigualdad sexual, entre hombres y mujeres, frente a los ámbitos del eros, y de ahí, hacer una cierta aproximación para explicar, el por qué, el extendido dominio masculino, en las relaciones sexuales.
Segundo, afirmar que, el eros ha sido construido, de forma desigual, no porque ellos, a los largo de la historia, del desarrollo del eros masculino, no se han propuesto, formas de relación sexual alternativa; sino porque, el eros masculino, descansa milenariamente, principalmente, en la aceptación del sujeto masculino-heterosexual, como sujeto histórico creador, propietario, dueño y reproductor del deseo, mientras la mujer no. El eros masculino, se hace poder sexual, en la subordinación de los cuerpos y su complejidad.
El escollo que siento, mientras sigo escribiendo, se transforma en un ímpetu para avanzar, poco a poco, a reconocer que esta desigualdad, ha provocado el abismo sexual, que existe entre hombres y mujeres, entre el eros masculino y el eros femenino, -si existiere algún eros femenino. Es innegable, que las mujeres, intervengan o no, en los asuntos de la erótica, -asumiendo, que mayoritariamente, están prohibidas de hacerlo-, reproducen este proceso, desde la ausencia de conocimiento y experiencia, desde la invisibilización sexual, la represión, la mercantilización de sus cuerpos y desde los lugares de su confinamiento privado y público, sea en la casa, en la cama, en el trabajo y en el estrecho margen de espacio público que tenemos.
Tercero, decir, que el dominante eros masculino, practicado por todo, aquel o aquella, que ocupa el lugar, de quien decide la relación sexual, ancla su existencia, no solo en intercambios de tipo sexual, sino económico-de clase, culturales, políticos, lingüísticos, artísticos, étnicos, al punto de permear toda la sociedad, bajo el poderoso “patrón erótico masculino”.
Podemos decir, que este patrón erótico masculino, se ha transformado, en monopolios de producción y acumulación capitalista?. Sí, es indudable, este “patrón”, no es un problema individual, de un hombre en particular, es constitutivo de la relación de clases, por dar un dato, el tercer rubro global, de enriquecimiento transnacional, más poderoso, luego de las armas y el narcotráfico, es el tráfico sexual de mujeres, niñas y adolescentes, para la explotación sexual. Redes extendidas, ahora, no solo a mujeres pobres, asiáticas, africanas y latinoamericanas, sino inclusive, hacia mujeres jóvenes, estudiantes de colegios, universitarias de estratos medios, profesionales, que se incluyen, buscando un status sexual o una mejor posición de clase. Aún, sin un estudio cabal, sabemos el enriquecimiento de las cadenas empresariales de comunicación y la multimillonaria captación de recursos monetarios, tecnológicos, ideológicos, sabemos, que es impresionante el dominio sexual, por medio de la pornografía diversificada en medios visuales, escritos, auditivos, electrónicos, etc.
Entonces, podemos hablar, del eros pornográfico?. Si. El eros pornográfico, sostiene parte de la mercantilización, sabe utilizar, las palabras sexuales, para volverlas, comunes, vendibles, atractivas, eróticamente casuales, de moda, usables e impactantes, importa el lenguaje sencillo, hasta vulgar, y vuelve, erótica la cotidiana intimidad sexual. Ese lenguaje, permite predominios, fuerza, intercambio sexual masivo. La pornografía, ha alcanzado el espacio público y simbólico, de nuestras intimidades, para generar un poder masivo, ha copado un espacio tal, que ni el arte erótico, ha alcanzado a hacer.
Cabe indicar, que estos son espacios, mayoritariamente, abocados al uso masculino y de concentradora atención, y confluencia de clase. Sin embargo, el cuerpo femenino participa, compone y al mismo tiempo, se reproduce en esos ámbitos, constituyendo la base, sobre la que se asientan, también otras formas de dominio erótico masculino.
Se me ocurre mencionar, otros dos espacios, en los que se vuelve a reproducir, el confinamiento y la exclusión de la “erótica femenina”.
“La cama”, sí, aquel lugar, en que él y ella, él y él, ella y ella, hacen una cultura sexual. Lo que, tal vez, empezó siendo eróticamente bello, luego, no es sino una buena costumbre o el espacio del desencuentro permanente y la reproducción, de las opresiones sexuales históricamente, más cruentas.
Para ubicar, de cierta forma, la difícil contingencia, a la que se enfrenta el “eros femenino”, es preciso, retomar algo de memoria histórica, cuando reconocemos, que la colonización, como hecho fundacional, se convirtió, en el factor nodal, no solo económico, sino en el hecho de dominación sexual, combinando, en el mestizaje, la inclusión del eros-dios del amor occidental, eminentemente de origen masculino con la violencia sexual, como expresión de la contraposición, que a la larga, volvió in-dialogal, la maternidad y las vivencias eróticas de las mujeres, haciendo que todo acto de erótica, devenga en la maternidad, que al mismo tiempo, desproveería a la mujer de su capacidad erótica, para que ella, aspire a la santidad mariológica permanente y, en muchas ocasiones, asuma, como parte de su vida, la disputa sexual con otras, de los objetos sexuales: marido, amante, hijos, familia, erótica, etc. Y lo que se perdió, en ello, fue su autonomía y su capacidad de decidir, acerca de su cuerpo y de su erótica.
Está claro, que las mujeres, somos introducidas al deseo, asumiendo, que “no tenemos erótica” ni mayor poder; alguna vez, le dije irónicamente a alguien: “las mujeres no nacimos para crear nada erótico”, somos consideradas “sujetas creadas por la erótica”, beneficiadas por el eros de ellos, por eso, somos “deseables”.
Aun sin desarrollar, decir que, también el arte erótico, sea la pintura, la escultura, la escritura, la fotografía, son lugares de élite, es cierto, de privilegio para pocos y de profundo desconocimiento para miles, en que, la mayoría de mujeres, casi no acceden ni a la lectura ni a la literatura erótica. Preguntémonos: ¿cuántas amas de casa, acceden al arte erótico?.
ES POSIBLE LA EROTICA FEMINISTA?
En este tema, siempre, habrá más preguntas que respuestas. Nuestra revista feminista, es solo un pasito, aperturando el debate.
Me vuelvo a preguntar, ¿existe la erótica femenina?, ¿cuál, realmente es el nivel de opresión sexual, que viven las mujeres, en la relación erótica?, ¿es simple pensar en alternativas?, ¿es importante desarrollar la erótica feminista cómo una posibilidad?. ¿Qué hacer con aquellas intenciones de ir a lo eróticamente bello, como una posibilidad de transformación colectiva?.
Se me ocurre decir, que no es posible, la reflexión de la erótica, sin, partir, de las reales condiciones sexuales de las mujeres y los hombres, anunciar la larga travesía que espera a nuestros eros, para aprender, a reconocer los conflictos, y si hay, reconocer las reales posibilidades de creación erótico-feminista.
Y colocar, sin adornar, las palabras eróticas, de lo que pueda manifestar en mis escritos, reales e imaginarios, como una forma inicial, de decir aquello, con el nombre que tiene; decir, desde el lenguaje cotidiano, la experiencia de la que parte mi cuerpo. Colocando dos soportes vitales, los avances de la teoría feminista, de lo erótico y, centrando, los límites de lo que se quiera manifestar, en la opción, en la capacidad de decidir, acerca de la experiencia sexual, reconociendo contradicciones, en el paso del amor profundo al deseo intenso, para intentar re-prensar-me sujeta, de mis propios deseos sexuales. Asumirse feminista, no significa, haber resuelto las problemáticas de lo erótico, sino, reconocerse humana, con interrogantes similares, y rollos tan comunes como las otras, muchas veces, frente al placer y las relaciones sexuales. Y sin negar nuestros límites, avanzar hacia otras posibilidades.
A veces, tal vez, polemizando un poco, desde algún episodio imaginario femenino. Entonces, se me ocurre, seguir escribiendo, dejando que los dedos, creen una episódica fantasía sexual femenina, para volver a colocar, otra vez las preguntas: ¿eros femenino?, ¿eros feminista?, mujer?, en su inacabada forma de vivir, en el impulso por ir, hacia lo diferente y no alcanzar a llegar, a veces, solo lograr ir hasta ahí, sin preguntarme nada más, sin entender, aún que es un eros referencial, para volver, desde la imaginación femenina expuesta, otra vez a buscarme, estableciendo alguna forma de resistencia y satisfacción propia, en la dualidad y las contradicciones que encarna el eros masculino. Entonces, desde el imaginario femenino, intocado y casi desconocido, para mantener abierto el debate, la siguiente historia sexual: “amor, imaginémonos eróticamente bellos”:
(…)Eso es lo que quiero, seguir sintiendo cada vez, cada vez, que sienta, este deseo de festejar, política y sexualmente, un acontecimiento contigo. Cuándo?, después de una reunión política, como la de hoy, tal vez, una de las más importantes en mi vida, porque dejó, mi imaginario erotizado, sintiendo que tenemos, tanto amor cotidiano aprendido.
Las mujeres, no somos benditas…, las mujeres somos humanas, eróticas, inteligentes, bellas,…, capaces de dilucidar una vida propia, a pesar de nuestras contradicciones.
Cómo crees, que no voy a sentir amor, después de un día, como el de hoy, en que las mujeres políticas, llegadas de varios lados, de varios sentires, y luchando por tener voz propia, me han permitido, saber, en la práctica, que fue un acierto, renunciar a la política del cubículo, para encontrarnos, desde una mirada diversa, colectiva, conflictiva, abierta, reflexiva, sin amarres ni posiciones manidas, frontales, aunque aún silenciadas, entre tantas contradicciones, que incluso no alcanzamos a entender, porque nuestros cuerpos, siguen atados, a una fachada de libertad sexual, propiciada por un patriarcado “moderno”, y un capitalismo en crisis, que aún, nos envuelve, a vivir cómo dicta.
Imagíname, después de un día así, llegando hacia ti, con una sonrisa de dicha, con mis labios humedecidos, por la llovizna de la noche, que no me molesta, porque mi cuerpo, sigue caliente, con las emociones del día. Imagíname que llego a ti, e inmediatamente mis senos te piden que los beses y que nos desnudemos. Imagíname, mirándote con mi dulzura, llevándote una flor de amaranto. Comparte conmigo, la felicidad de existir hoy, mírame llena de mi amor y mi deseo.
Imagina que te beso, que soy capaz, de romper la idea, de que el sexo y el eros, son de pertenecía masculina. Imagina, que subo y resbalo, con fuerza por tu sexo y que mi conducto vaginal, envuelve apasionadamente tu erección. Imagina que mi amor, no puede sino, ahora, festejar contigo dentro, abrazándote, esta vez, siendo, yo quien habla a tu oído, diciéndote, que imagines los cuerpos encendidos que quieras, que los toques, las veces que quieras, sin embargo, no dejes de inspirarte, en este amor profundo, que siento hacia la vida. Imagínate, que corro el riesgo, de abrir tus piernas y besar tu sexo, hasta que esté mojado para mí.
No estoy dispuesta, a perder un solo minuto, de ésta fiesta sexual–política, dejando de encontrarme contigo, con tu cuerpo, hace tiempos, por razones de cambio político-social. Imagíname, sintiendo placer, porque mis dedos, recorren tus rulos alborotados, mientras tus manos hermosas, llevan mi espalda, empujada eróticamente hacia ti.
Cómo me pides que juegue con tu sexo?..., ¡cierto, es que no hay seriedad sexual, sin alegría!. Me pides, que me invente, movimientos eróticos, imagínate, ¡que atrevimiento!, ahora que soy capaz de llevarme, hasta el fin, de la trama del deseo sexual. Bien, entonces, con mis movimientos, deberás conocer, como mi vagina, está aprendiendo a acariciar, porque no solo las manos saben acariciar.
Las vaginas saben acariciar!!!…de miles de maneras. ¿Acaso no haz sentido, una vagina, posarse en tus labios y dejarse descorrer, mientras tu lengua, se empapa?. ¿Acaso, no has dejado, al aire libre, resbalar una vagina por encima de tus muslos?. Tal vez, debes haber sentido, cómo una vagina, es inventiva en sus movimientos, no hace, meros movimientos de subi-baja, a menos, que haya perdido la imaginación, aunque, siempre se la puede recuperar, es que las vaginas son así…a veces, no quieren mojar a nadie, otras veces, quieren mojar a tod@s l@s que pasan, pero, como es imposible y saludable, no hacerlo, solo buscan a quien mojar, por deseos, de mancomunidad sexual.
Viste, no solo el sexo masculino, es capaz de acariciar, el sexo femenino, aprende, aprender y re-establece, su capacidad de provocar. Las caricias de la vagina, sobre un cuerpo, se ven artísticas, aunque tropiecen y, otra vez, no sepan acariciar.
(…)En fin, quería hacerlo así, decidir, cuando, yo me quiero dejarme penetrar. Cómo cada hecho, tiene sus sentidos!. Te gustaría sentir eso??, el espacio confabulado, con calma, solo rozar y rozar. A mí, me excitaría tremendamente.
Solo, no olvides, qué estamos festejando, ¡es por mis deseos político sexuales!. Qué eso no existe?, claro que existe!. No olvides que llegué feliz… no te olvides que la política nos junta, y que estoy aprendiendo, a sentir y caminar juntos, con una multitud de cuerpos femeninos, no te olvides, que hoy fui a hacer política y me encantó, estar contigo en mis pensamientos.
No te olvides, que hoy aprendí, a hacer una propuesta, con un montón de mujeres, con ellas, nos fuimos de bronca contra el gobierno, es que solo no escucha a medias, como si no fuera su responsabilidad, escuchar nuestros criterios, en fin, aun creerá que nos hizo un gran favor. No te olvides, que aprendí, a compartir con otras, nuestra capacidad de lucha, no te olvides que ayer, gritábamos, sin ser un bulto más, en medio de una reunión muy formal, que festejaba “el ocho de marzo”, propiciada por un gobierno que acepta a presión, los derechos humanos de las mujeres, y a la vez, justifica el machismo. Pues ni j de aceptación, de una situación así, por eso, de que no le queremos pertenecer a nadie, tal vez, tiene sentido, a viva voz, igualdad, paridad y género, exigir más democracia para las mujeres; tal vez así, un gobierno, que dice, que es de la revolución ciudadana, no nos mande sacando, en determinadas ocasiones, por la ventana, cada vez que demandamos, un corto derecho más.
Hoy, me volví otra vez feminista, y con esos ojos, me acerco a ti, deseándote muchísimo. Hoy mis ojos, esos que saben mirar tu sensualidad, se llenaron de alegría, al ver yo, por primera vez, en mi historia, ya de varios años, mujeres indígenas, negras, montubias, mestizas, de recónditos lugares del país, mujeres empobrecidas por la crisis económica, por los modelos de histórica negación patriarcal y racial, como gritaban “resistencia de mujeres, resistencia feminista”, llevando en sus cabezas, los pañolones de lucha sexual, !no se resistieron al feminismo!, hoy lo pudimos vivir, sin preguntarnos ¿y qué es el feminismo?, solo lo practicamos… nadie dijo: !no soy feminista, nadie refunfuñó que dizque, el feminismo es lo contrario del machismo!. Cachimba!, yo las amaba a todas. Eso no significa, que el feminismo, salió de su crisis, no, pero en mi tierra andina, nosotras las feministas, en ese momento, no nos sentimos solas.
Eso?, solo eso?, cómo que solo eso?, es que ha sido bien importante, ¡mira su significado!. Por ello, yo me pido a mí misma, aprender a gozar de mis siguientes amaneceres. Es lo que festejo.
Imagínate, que estallo (esa es tu palabra) sexualmente,(…). Sé, que puedes captar mi emotividad, mi paz, mi cuerpo abierto, otra vez para ti, dulce, explosivo, manifestando con el leguaje de mis movimiento, lo que siento, desde mi pechos erectos, en sus posibilidades, sedienta de vos, con mi vagina ardiendo, ardiendo de sentirme, además, de físicamente agraciada por tu penetración, feliz, porque, tu penetración, comparte conmigo, mi capacidad, de estar aprendido, a hacer política con una multitud. Así, es como mi vagina, te aprende a acariciar, -sé lo que estoy diciendo, claro, desde mi propia manera, desde mi lugar histórico, junto a las otras, con las que comparto, opresiones comunes y reinvenciones de nuestras eróticas, de nuestros placeres.
Cómo piensas, que no voy a festejar, a llegar a un máximo orgasmo contigo, a gritar de placer, engullida de satisfacción y no de santificado dolor, cuando aprendo, a dejar de lado, mi individualismo político y me acerco a conocer, que el feminismo, es una manera alternativa de vivir. Ese, es mi encuentro sexual contigo. (…)Solo que ésta noche doy mi vida, con tal de disfrutarte a vos, solo a vos…No quiero, que tu sexo ni el mío se sientan apretados de dolor, no eso no.
Antes pasó, hoy parece que lo ignoro, a veces, ya no recuerdo, si la política y el sexo, se llevan así de bien, solo sé, que quiero reventar contigo, por mi causa.
...es lo que quise en ese momento y lo que alcancé a imaginar…
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